El taller, en el lenguaje cotidiano, es el lugar donde se
repara algo. Pero también puede entenderse como el lugar donde se aprende
haciendo junto a otros. Como un lugar donde varias personas trabajan
cooperativamente para desarrollar procesos. El taller es un lugar de trabajo
conjunto, donde el diálogo y la creatividad circulan, permitiendo funcionar al
mismo tiempo como espacio terapéutico.
Maternas fue
pensado con dicha modalidad, para compartir con la voz y el cuerpo las propias
experiencias y reconocernos también en las experiencias ajenas.
Partimos de la concepción de que el encuentro con otros
es posibilitador y sirve como apaciguador de la angustia al enterarnos que
efectivamente el otro se asemeja a nosotros. Hemos pensado este espacio desde
nuestras propias vivencias como mamás, se nos aparecía como una necesidad casi
de supervivencia ante la voracidad del entorno. No dejaba de surgir en cada
charla… una y otra vez preguntándonos entre nosotras sobre aquellos supuestos
sociales que vaya a saber Dios quién impuso y que tan imposibles resultan en la
práctica: opinólogos de la lactancia, de cómo debemos criar bien a nuestros
hijos, qué deben comer y en qué cantidad, y cuán atentos debemos estar de que
no “nos tomen el tiempo”, que es lo que está bien y es aceptable y que cosas
son errores casi fatales. Por cierto que son cosas que ocupan a una mamá, pero
en la vorágine diaria surgen muchas otras inquietudes vitales para ella y por
consiguiente, también para su hijo. Nos referimos a las emociones, los deseos y
las necesidades de esa mamá. Pero por tratarse de impuestos culturales, solemos
atenernos a resolver lo primero, tenemos la necesidad ineludible de cumplir.
Así surge Maternas y la idea del taller, como espacio dedicado a escuchar
y sentir lo que las madres tenemos para decir, y entre todas acompañarnos. Y es
reconfortante en ese sentido y pensándolo también en la intimidad del lazo
que se genera desde la solidaridad de dos mujeres devenidas madres ayudándose.
En el taller todos tendremos el rol principal, nuestras
experiencias serán las protagonistas.
Con respecto al rol de las coordinadoras hay algo que
decir. Si bien quienes llevamos a cabo la invitación al taller somos psicólogas
nuestra tarea no estará relacionada ésta vez con el análisis del discurso, sino
más bien con el rol de facilitador/coordinador. Nuestra intención consiste en
fundirnos con el espacio y participar desde nuestro profesionalismo sin dejar
de lado nuestra maternidad, como aliada y que en este caso también nos convoca.
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